El matrimonio es un compromiso que requiere madurez y responsabilidad; no es sólo decir sí frente al altar y luego celebrar la gran fiesta. El matrimonio se vive día a día, es una convivencia, y como tal, tiene conflictos que hay que saber resolver de buena manera.
Nunca recurras al insulto o a la humillación, eso destruye la relación. Tengan a la comunicación, al respeto, al trabajo en equipo y sobre todo al amor, como los pilares que guiarán su relación.
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