Las bodas a la orilla del mar son la nueva tendencia “chic” en matrimonios. Ya no representan al hippismo de los setenta, sino que recobran fuerzas como una ceremonia sofisticada y original que hará aún más significativa esta fecha tan especial.
En cuestión de fiestas hay gusto para todos, pero sin duda las bodas que se están imponiendo últimamente son los matrimonios playeros. Una ceremonia acompañada del sonido de las olas y una gloriosa puesta de sol que rompe con todos los patrones clásicos e imprime un sello de jovialidad y entretención difícil de igualar.
Este tipo de boda, si bien es más difícil de llevar a cabo por su ubicación, es bastante más relajada que un matrimonio tradicional, pues desde el vestuario, hasta el banquete y la decoración son elementos sencillos que aportan un toque de frescura a la fiesta.
Es verdad que no es fácil decidirse por realizar una boda distinta, pues siempre se corre el riesgo de no satisfacer las expectativas de la familia y los amigos. Sin embargo, una fiesta en la playa puede tener todos los elementos de una boda tradicional con la ventaja de desarrollarse ante un paisaje incomparable.
La gente comúnmente cree que para tener una ceremonia de este tipo hay que trasladarse con anillos e invitados a costosas playas como Isla Margarita, Cancún o Playa del Carmen, con todo el costo que ello implica. Sin embargo, si de tener una boda costera se trata, esta puede realizarse en cualquiera de las ciudades litorales de nuestro país. Sólo es necesario informarse bien y planificarla con anticipación.
Con respecto a la celebración, esta puede realizarse en cualquiera de las diversas alternativas hoteleras que se ofrecen en las ciudades costeras, que van desde lujosos hoteles, club de yates y centros de eventos, hasta típicos y pintorescos restaurantes de la zona, dependiendo obviamente, del gusto y del presupuesto de cada uno.
Algunas recomendaciones ideales para ésta, sería realizarla en un jardín o una terraza con vista al mar, utilizando elementos decorativos que sean sencillos, pero a la vez elegantes, como sofás de raffia con cojines de colores naturales, como beige o blanco, combinados con grandes maceteros rebosantes de floridas enredaderas de tonalidades contrastantes.
En cuanto a los complementos decorativos de la ceremonia, hay que cuidar que no desentonen con el escenario natural, por lo que recomendamos utilizar lámparas y velones blancos o estacas con telas de colores al viento, las que aportan gran frescura y sofisticación.
El vestuario
Otro detalle muy importante es utilizar el vestuario adecuado para este tipo de bodas. Hay elementos climáticos y geográficos que considerar a la hora de decidir la vestimenta que se usará, como por ejemplo la temperatura ambiente, la brisa costera, el estado del camino; en caso de que sea una playa alejada, y por sobre todo, la arena. La destacada diseñadora , Macarena Cortés, recomienda a la novia usar un vestido liviano preferentemente de organdie, una seda suave que le otorga movimiento. En cuanto al diseño sugiere algo de corte sencillo con caídas lisas, nada ajustado o con muchas capas, sino que por el contrario, un vestido suelto que irradie frescura. Para que sea más adecuado a la playa puede ser sin mangas, con un escote en V, y de un largo no superior al tobillo. En lo que respecta a los zapatos propone un calzado fresco de taco liso o plano. Y en caso de que la novia prefiera algo más llamativo, Macarena sugiere un vestido bordado en nácar o con cristales, pero por ningún motivo brillos.
Para el novio, esta reconocida diseñadora y especialista en vestuario jovial recomienda que se destaque la simplicidad, cree que lo más apropiado es utilizar un traje de lino de colores pasteles, crudo o marengo, nada más fuerte que eso, o bien una camisa de cuello mao. “La idea es que ambos se sientan cómodos y puedan disfrutar sin inconvenientes de su fiesta”, explica la diseñadora.
Las posibilidades en sí son infinitas; el punto, es sin duda, atreverse a hacer algo distinto, salirse del formato e innovar con una boda inolvidablemente mágica, y por supuesto, una fiesta espectacular. Haz que tu matrimonio sea un evento único.